Paloma Esteban es periodista de información política en El Confidencial, donde cubre la actualidad de los partidos y analiza los entresijos de la actividad parlamentaria y gubernamental. Este año se incorpora además como profesora al Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos (PDAP), cuya 10ª edición comienza el 7 de febrero.
Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid, es redactora de El Confidencial desde 2012. En esta conversación explica su punto de vista sobre el nuevo periodo que acaba de estrenarse en España con el inicio de la legislatura y la formación del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
¿Qué podemos esperar del nuevo ciclo político en España?
Si algo podemos esperar todavía es un periodo de inestabilidad. Hemos pasado cuatro elecciones generales en cuatro años, cinco debates de investidura y dos mociones de censura. Ahora afrontamos una nueva legislatura, que no sabemos lo que durará, con un Parlamento completamente fraccionado, el primer Gobierno de coalición de la democracia y el panorama político inmerso en la polarización. En mitad de tanta incertidumbre, la inestabilidad es lo único seguro.
¿Cuáles serán los grandes desafíos y temas clave para la próxima legislatura?
Convendría dividir los desafíos en dos paquetes. El primero, el político, con Cataluña a la cabeza y una novedad importante respecto a años anteriores en los que gobernaba el PP: Pedro Sánchez resultó investido con el apoyo de los independentistas de ERC y, entre otras cosas, accedió a una mesa de negociación entre gobiernos. El encaje de esta concesión será una de las claves, como la evolución entre los bloques ideológicos y las relaciones de los partidos entre sí (la izquierda compitiendo y gobernando, y la derecha afrontando su propio paradigma y los deseos del PP de refundar el espacio del centro derecha).
El segundo paquete sería el económico en un escenario de desaceleración económica y un panorama internacional con muchos interrogantes. El Parlamento tendrá que afrontar de una vez por todas el futuro de las pensiones, y un gran pacto entre distintas fuerzas políticas parece la única vía posible. Un nuevo marco laboral está llamando a la puerta, igual que las medidas reales y efectivas que el Gobierno y el Congreso tomen para dar respuesta a la emergencia climática. Atención con la Agenda 2030: va a copar mucha atención. Es una legislatura esencial para su puesta en marcha real y en el nuevo Gobierno tiene rango de ministerio.
Cada vez hay más partidos diferentes en el Congreso. ¿Cómo afecta esta dispersión de actores políticos al seguimiento de la actividad legislativa?
Hay que reconocer que lo complica. Las comparecencias, las ruedas de prensa, las valoraciones… cada vez se solapan más, y con toda seguridad las iniciativas legislativas registradas se van a ver multiplicadas. No solo eso, cada iniciativa legislativa tendrá que contar con muchos actores políticos que comparten grupo parlamentario. Tengamos en cuenta que fuera de los partidos con más representación, hay 11 formaciones minoritarias que suman 21 diputados. Es un ejemplo. Nuestra labor dentro de la actividad legislativa es conocer la postura de cada partido y atender a los matices. Cada vez es más difícil.
¿Cómo pueden adaptarse a este nuevo escenario las organizaciones privadas que buscan defender sus intereses en el Parlamento?
Creo que la adaptación más útil es conocer bien la nueva configuración política del Congreso y tener muy claras las mayorías parlamentarias. En un momento con tantísimos actores políticos, sacar rentabilidad a los esfuerzos que hagan va a ser crucial. Las mayorías y los consensos son más líquidos que nunca y, dependiendo de los intereses concretos y las iniciativas que quieran defender, deberán tener en cuenta la aritmética que se necesita para que salgan adelante.
¿Cómo ha cambiado la relación entre políticos y periodistas en los últimos años? ¿Las redes sociales y WhatsApp agilizan la interacción?
La agilizan sin duda. Lo cierto es que yo empecé a ejercer como periodista con las redes sociales bastante presentes. Y aun así he notado diferencias con el tiempo. La comunicación es continua por herramientas como WhatsApp. Si tienes que comprobar algo un domingo y no quieres llamar por teléfono, lo solventas así fácilmente. Todo el mundo está pendiente del móvil. Recientemente, la Secretaría de Comunicación del Gobierno abrió su primer canal de Telegram. Las redes sociales hacen todo más rápido, pero es verdad que no hay nada como un café con una fuente. En periodismo tiene mucho valor el cara a cara. Los gestos, la confianza que te da tener una conversación directa. El WhatsApp funciona muy bien cuando las relaciones ya están consolidadas.