A ritmo de Start Me Up de los Rolling Stones, un irreconocible Bill Gates que decidió soltarse la melena y un desatado Steve Ballmer, director ejecutivo de la compañía entre 1981 y 2014, presentaron al mundo el botón de inicio y una barra de tareas que lo cambiaron todo: Windows 95, el sistema más querido y el más revolucionario de Microsoft, lanzado justo hace 25 años. El más querido, porque supuso el acceso a la informática por parte de cualquier usuario sin la necesidad de tener conocimientos avanzados. Y el más revolucionario, por su interfaz gráfica y el aclamado botón de inicio que permitía abrir programas o buscar un archivo con una facilidad pasmosa. Microsoft intentó que su botón de inicio pasara a mejor vida con Windows 8, pero una turba de usuarios exigió su regreso inmediato. Y hubo una sonada rectificación de Microsoft.
En una época sin internet ni redes sociales, Microsoft organizó una rueda de prensa a ritmo de rock que pasaría a la historia. No solo porque los Rolling Stones se embolsaron hasta 14 millones de dólares por los derechos de su canción, sino porque se desplegó una campaña de marketing nunca vista antes, que supuso una nueva forma de vender un producto informático, el sistema operativo, convertido en un producto de gran consumo. Hoy en día, parece que las apariciones de Steve Jobs fueron las que rompieron moldes con las presentaciones del iPhone o los iPods. Pero Microsoft fue la empresa que en 1995 abrió la veda y cambió para siempre el sector de la informática.
El éxito de Windows 95 fue arrollador, con más de siete millones de unidades vendidas en cinco semanas. Un hito para un sistema operativo y para cualquier otro producto informático. Microsoft se convirtió en la empresa más valiosa, superando incluso a Apple hoy en día si tenemos en cuanta la inflación. Se abría una nueva era donde el ordenador nos hizo a todos la vida más fácil con la posibilidad de hacer tareas de forma más rápida y sencilla como escribir informes, hacer presentaciones o simplemente digitalizar las fotografías familiares. Con el paso de los años, los ordenadores invadieron la mayoría de los hogares y se popularizaron cientos de videojuegos y programas cada vez más complejos para diseñar o incluso editar vídeo. Realmente, dejó de importarnos cómo nuestro ordenador podía hacer esas tareas complejas, cuando nosotros solo debíamos darle al botón de inicio.
¿Quién no recuerda situar el cursor en el bendito botón de inicio y sentir el cosquilleo de adentrarse en lo desconocido? Cuántas horas debimos pasar navegando por el menú inicio, cuando aún no podíamos acceder a internet, solamente para abrir la calculadora, el bloc de notas o bien atreverse con algo un poco más complejo, como cambiar la imagen del escritorio.
¿Y la multitarea? Un concepto fundamental en nuestro día a día, que nació con Windows 95 y su popular barra de tareas. Cada programa abierto tenía su espacio en la barra que compartía con el menú inicio. Los programas no desaparecían, siempre estaban ahí de forma visible esperando que retomaras la actividad. Definitivamente, la barra de tareas supuso un flujo de trabajo innovador que hoy en día es plenamente vigente.
Windows sigue siendo el mismo hoy en día, a pesar de sus innumerables actualizaciones (Windows 98, Windows XP, Windows Vista, etc.) o la aparición de las pantallas con función táctil. Seguimos buscando el botón de inicio y la barra de tareas en cualquier ordenador. Como no sea que la realidad virtual o la aparición de una nueva tecnología modifiquen de nuevo la informática tal y como la entendemos en la actualidad, por muchos años seguiremos trabajando con los mismos conceptos que estableció Windows 95 hace ya 25 años.