Desde el mes de marzo de 2020, vivimos una situación inimaginable en el sector laboral. El comúnmente desdeñado teletrabajo, por las reticencias que su implantación siempre ha generado, se ha convertido de repente y por causa justificada en la opción predilecta de numerosas empresas. ¿O quizás ha sido una falsa moda pasajera solamente causada por el contexto de pandemia? Ciertamente, parece que así ha sido.

Netflix aboga por regresar a la oficina. Esta semana, Reed Hasting, el todopoderoso CEO de Netflix, ha sorprendido a propios y extraños al pedir a sus trabajadores que regresen a la oficina, cuando las circunstancias lo permitan. A su modo de ver, el teletrabajo está teniendo un elevado coste en creatividad e innovación para el gigante del entretenimiento. La creación espontánea de ideas que surgían en los desayunos en la oficina, en los corrillos que se montaban en una salita, ha desaparecido. Ahora solamente hay reuniones en ZOOM u otras herramientas, pero ninguna de ellas puede sustituir algo tan humano como la necesidad de entablar una conversación, un golpecito en la espalda si estamos decaídos o una reunión imprevista porque a alguien del equipo se le ha ocurrido una brillante idea.

Un modelo en cuestión. De hecho, antes de que llegara el coronavirus, ya había empresas que apostaron por el teletrabajo como forma de premiar a su equipo. Una de ellas, Hewlett Packard, fue pionera en permitirlo y también en retractarse y solicitar a sus trabajadores que regresaran cuánto antes a las oficinas. El ahorro en costes por desmantelar oficinas no compensaba la pérdida de las ideas espontáneas, la creatividad surgida tras tomar un buen café o los brainstormings realizados a prisa y corriendo en el ascensor.

¿Punto de inflexión? Según un sondeo de la consultora Steelcase, alrededor de un 90% de los trabajadores quiere volver a trabajar en una oficina. ¿A qué se debe este punto de inflexión? ¿Nos hemos cansado ya del teletrabajo?

El trabajo remoto ha demostrado ser de gran utilidad durante el confinamiento y es una herramienta a tener en cuenta para la conciliación del trabajo en España. Sin embargo, la actividad laboral desde casa también ha demostrado muchas carencias que repercuten en el bienestar de los equipos y la productividad de las organizaciones. Así, Steelcase, como empresa de referencia en la consultoría de espacios, lleva meses investigando cómo será la vuelta a las oficinas y si se mantendrá el teletrabajo tal y como concebido estos meses.

La oficina es uno de los espacios donde se produce la socialización de las personas y esto tiene unos beneficios conocidos para las empresas. El sentimiento de pertenencia al grupo aumenta el bienestar y el compromiso de los trabajadores. En el corto plazo, el trabajo desde casa puede ser positivo, pero a la larga, Steelcase subraya que pone en peligro la propia supervivencia de la empresa.

Profesiones que son eminentemente creativas, como las pertenecientes al sector de la comunicación, requieren de trabajo en equipo y de métodos innovadores como Agile para dar salida a proyectos que, llevados a cabo por herramientas de videoconferencia, parecen encallarse y acabar a la deriva. ¡La oficina ha muerto, larga vida a la oficina!