Según el Libro Verde de la Comisión Europea, la responsabilidad social empresarial (RSE) es “la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores. Ser socialmente responsable no significa cumplir plenamente las obligaciones jurídicas, sino ir más allá de su cumplimiento, invirtiendo más en el capital humano, el entorno y las relaciones con los interlocutores”. Así, a través de la RSE, las empresas buscan aportar valor añadido desde el compromiso social y con el medio ambiente.

Hoy en día se hace todavía más imprescindible generar una conexión entre las iniciativas de RSE y los factores de competitividad, con el fin de que las empresas sean conscientes de su capacidad de generar valor compartido, puedan responder a los retos sociales y medioambientales y avanzar en sus objetivos económicos. Para poder hacerlo, las organizaciones deben poner en práctica un liderazgo responsable, que apueste por cambios anticipativos e incorpore la RSE en su estrategia, visión y valores.

Sobre ello trató el webinar ‘La RSE como factor clave para aumentar la competitividad’, organizado por Esade y la Fundación SERES, que contó con la participación de representantes del área de sostenibilidad de BBVA, Damm y Sacyr. Al respecto, Lucila García, subdirectora general de la Fundación SERES, indicó que “estamos trabajando en un entorno cada vez más incierto. La pandemia y los impactos que estamos viendo desde el punto de vista de la digitalización nos ponen de manifiesto que necesitamos empresas con más beneficios y transparentes, pero que también hagan más hincapié en estrategias de RSE”. Por su parte, Ignasi Carreras, profesor de Esade, calificó a las acciones de RSE como “una inversión”.

Para Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, la sinergia entre RSE y los objetivos corporativos pasa por reforzar la reputación y remarcó que la estrategia de RSE repercute en la generación de un liderazgo responsable: “Tanto cliente como sociedad se ponen en el centro del propósito de los bancos”.

Una idea en la que coincidió Diego Zamorano, Manager de Sostenibilidad y RSC de Sacyr, quien además apuntó que la responsabilidad social empresarial constituye “una forma de hacer mejor nuestro trabajo”: “No es un coste, sino una inversión. Nos permite ser más competitivos y eficientes, así como tener una demanda mayor de personas que quieren trabajar en nuestra empresa, porque nuestros empleados se sienten orgullosos de lo que estamos haciendo”, explicó.

Por su parte, Elisabeth Hernández, directora de Desarrollo de Personas de Damm, indicó que la estrategia debe ser global, como la que aplican en Damm, cuyo objetivo es estar cerca del cliente hostelero.