Nunca unas elecciones de Castilla y León habían tenido, a priori, tanta repercusión a nivel nacional. Pero aunque la campaña empezó con muchísima intensidad, se ha ido desinflando conforme pasaban los días y, al final, no se ha producido la movilización del electorado que se preveía.

1. El Partido Popular gana las elecciones, pero no cumple su objetivo del adelanto electoral.

El PP gana las elecciones y, después de 35 años, podrá seguir gobernando en Castilla y León. Pero los resultados quedan muy lejos de los que se esperaban cuando las convocaron. Aspiraban a repetir la movilización que Isabel Díaz Ayuso logró en Madrid contra el gobierno de Pedro Sánchez y no lo han logrado. Y querían una amplia mayoría para gobernar en solitario, pero tendrán que negociar ahora con un VOX fortalecido.

2. VOX, el partido que más crece.

VOX es, precisamente, el gran ganador de la noche, consolidándose como tercera fuerza política en la región y la que tiene en su mano el futuro del gobierno. Se confirma la fuerza de la marca del partido por encima de la de los candidatos regionales. Quizá lo más importante de este éxito, además de que pueda entrar por primera vez en un gobierno, es que consolida su posición de fuerza en la política nacional.

¿Habrá gobierno de coalición entre PP y VOX? Aritméticamente es la solución más viable, porque el PP no tiene otra posibilidad de lograr el número suficiente de escaños como para lograr gobernar en solitario. Pero esta posible coalición ha sido siempre rechazada por Génova, lo que supone una presión adicional para Pablo Casado, tanto de cara a las próximas elecciones generales como ante unas hipotéticas elecciones andaluzas anticipadas. Sin duda, Juan Manuel Moreno Bonilla habrá tomado buena nota de estos resultados y quizá ahora ya no se plantee adelantar elecciones.

3. Fuerte bajada del PSOE.

El PSOE, aunque durante la campaña ha ido de menos a más y, en los últimos días, incluso parecía que podía estar en condiciones de poder gobernar, sufre una bajada importante de escaños, que le hacen perder la primera posición que tuvieron en las anteriores elecciones. A buen seguro, como vaticinaban los sondeos, ha perdido buena parte de sus votantes en favor de las formaciones de la España vaciada y no ha conseguido hacerse con voto antiguo de Ciudadanos o de Podemos.

4. Podemos y Ciudadanos se desploman.

El partido naranja, a pesar del protagonismo que ha adquirido su candidato durante la campaña y los debates televisados, pelea por retener uno de los 12 escaños que tenía. En cuanto a Podemos, no ha conseguido movilizar voto rural, al que tantas veces ha apelado durante la campaña, y tampoco el voto urbano que había tenido en elecciones anteriores. Sus previsiones nunca fueron buenas y quizá eso explica la escasa presencia de líderes nacionales de este partido durante la campaña.

5. Se refuerza la hiperfragmentación del voto, ¿anticipo de la política nacional?

Se confirma en estas elecciones el fenómeno de la hiperfragmentación del voto, con el éxito conseguido por formaciones como Soria ¡Ya!, Unión del Pueblo Leonés o Por Ávila en sus respectivas provincias. Se va perfilando cada vez de manera más clara un panorama parlamentario, tanto a nivel nacional como autonómico, en el que habrá más formaciones políticas, lo que complicará la gobernabilidad.