Continuamos con nuestro ciclo de entrevistas a antiguos alumnos de NITID con Miguel Ángel Cañada, jefe del Centro Nacional de Coordinación del INCIBE, del Instituto Nacional de Ciberseguridad.
Experto en Asuntos Públicos, Miguel Ángel tiene más de 15 años de experiencia en el sector público y privado en América Latina y la Unión Europea. Con anterioridad a INCIBE trabajó como Oficial del Programa de Ciberseguridad del Comité Interamericano contra el Terrorismo de la Organización de los Estados Americanos (OEA). También ha trabajado en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en compañías del sector teleco y tecnológico.
Miguel Ángel pertenece a nuestra comunidad de antiguos alumnos del Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos (PDAP) de NITID.
El INCIBE participa en el operativo de vigilancia digital en ciberseguridad para las elecciones. ¿Qué papel juega la ciberseguridad en un año electoral tan importante para España como este?
La frontera entre lo físico y lo digital es hoy en muchos aspectos inexistente. Lo vemos en nuestro día a día: trabajo, ocio, vida social y familiar… todo está intermediado en mayor o menor medida por lo digital. Los procesos electorales no son una excepción. Por eso el papel de la ciberseguridad es extraordinariamente relevante. No es una previsión, ni un riesgo potencial, lo hemos visto en procesos políticos en general, y electorales en particular, en varios países.
Para garantizar que ese proceso electoral se realice en un entorno digital confiable y seguro es necesario velar durante las 24 horas todos los días de la semana por la seguridad digital de las principales entidades y empresas con papeles activos en estos comicios, como los partidos políticos, las empresas de soporte a los procesos electorales o los operadores de servicios críticos, esenciales y de interés, especialmente vinculados al sector salud, infraestructuras digitales, telecomunicaciones, transporte, suministro de aguas y residuos, químico, alimentación, servicios postales y de mensajería, energía, infraestructura bancaria y mercado financiero, proveedores de servicios digitales y proveedores de la Administración Pública. El INCIBE, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, forma parte de este tipo de operativos, a través de su Centro de Respuesta a Incidentes Cibernéticos (INCIBE-CERT) y en estrecha colaboración con el resto de actores del estado con competencia en la materia.
La ciberseguridad es una de las prioridades estratégicas, normativas y económicas de la agenda de la inmensa mayoría de países en un contexto cada vez más digital. ¿Cómo contribuye INCIBE a impulsar estas actuaciones?
INCIBE tiene dos almas, la primera ligada a la seguridad nacional, donde trabajamos junto al resto de entidades del estado implicadas, la colaboración del sector privado y la cooperación con actores internacionales, con un objetivo claro: proteger a ciudadanos, empresas y gobiernos en el ciberespacio. Pero también tenemos una segunda alma que apoya el proceso de transformación digital del país, para que se produzca de manera confiable y segura, de tal manera que sus beneficios impacten positivamente en los ciudadanos y empresas. Por eso también impulsamos el ecosistema de ciberseguridad, su industria, la investigación y el talento en ciberseguridades, tan importante para la industria de ciberseguridad, así como trabajar con el resto de sectores económicos para que sus capacidades de ciberseguridad les permitan digitalizarse y crecer de manera confiable y segura.
En pleno auge del debate sobre la inteligencia artificial, ¿Cómo cree que esta puede afectar a la labor de los profesionales de Asuntos Públicos y /o Comunicación?
Si miramos más de cerca ese debate vemos que está más relacionado con el uso que las personas hacemos o queremos hacer de la IA, que con la tecnología en si. Y el motivo es evidente: la tecnología por definición es siempre transparente. La intencionalidad y el uso que se hace de ella no, necesariamente. Por eso aspectos deontológicos y éticos están en el centro de ese debate. Y es bueno que se produzca, pero sin perder de vista ese carácter neutro de la tecnología.
Por ese motivo estoy convencido de que para los profesionales de los Asuntos Públicos o la Comunicación es una enorme oportunidad. ¿La tecnología elimina puestos de trabajo? Si, lo ha hecho a lo largo de la historia ¿La tecnología crea también nuevos puestos de trabajo? También. La Inteligencia Artificial no escapa de este razonamiento, a pesar de su carácter enormemente disruptivo. Una IA podrá analizar ingentes cantidades de información, pero no podrá aportar valor emocional o empatía a ese análisis. Nos facilitará el trabajo y nos permitirá focalizarnos en áreas de más valor.
Teniendo en cuenta las respuestas anteriores, ¿Qué conocimientos y destrezas profesionales ves indispensables para un directivo que se dedica a relaciones institucionales en el ámbito de la ciberseguridad en estos momentos?
Sin duda flexibilidad y adaptación, anticipación, capacidad de aprendizaje y mucho, mucho sentido crítico. La tecnología tiene una capa de negocio o estratégica más o menos accesible para empresas, legislador o el ciudadano en general; pero detrás hay enormes implicaciones tecnológicas, capacidades por descubrir y ritmos de desarrollo y evolución exponenciales. Solo mencionaré la ciberseguridad cuántica, para ilustrar lo que quiero decir.
Además, hay que tener en cuenta, y espero que se entienda bien lo que quiero decir, que el gran departamento de I+D+i está en el lado oscuro, el del cibercrimen, que necesita permanentemente encontrar nuevas formas de explotar las vulnerabilidades para ganar dinero o generar desestabilización. Ante esta realidad, hacer accesible lo complejo, identificar los aspectos clave y saber transmitirlo de manera eficaz a los diferentes públicos no siempre resulta sencillo. Y no perdamos de vista que la ciberseguridad tiene un impacto real en la vida de las personas y en el desarrollo de la economía de los países: colapsar una infraestructura crítica, como el sistema sanitario, puede acarrear la pérdida de vidas humanas.
¿Consideras que la formación recibida en el Programa de Dirección de Asuntos Públicos (PDAP) de NITID ha contribuido a actualizar esos conocimientos y destrezas? ¿Qué tal tu experiencia en el PDAP, qué te ha aportado?
Sin duda. El PDAP te aporta una visión más transversal de nuestra profesión, te brinda el conocimiento y la experiencia de profesionales de otros sectores que te enfrenta a situaciones que, siendo muy diferentes, arrojan enseñanzas que puedes incorporar.
Y por supuesto te ayuda a pararte a pensar, visualizar e introducir cambios para mejorar tu día a día profesional. Y no solo durante el desarrollo del programa, sino con toda la red de profesionales y eventos que vienen detrás.
Los profesionales del sector tenemos que nutrirnos de buenas y nuevas ideas, ¿En qué libros, podcast, películas, series o exposiciones sueles encontrarlas tú? ¿Nos recomiendas algunas opciones?
Mi primera recomendación sería dedicar tiempo a lecturas, películas, series o podcast que tengan poco que ver con el trabajo. Es muy importante oxigenar la cabeza, porque además en esos momentos de desconexión suelen aparecer buenas ideas.
Dicho esto, el podcast es mi manera de escuchar radio. Además de los de actualidad e información política, intento sacar tiempo para los de historia o documentales, por ejemplo “Documentos RNE”. Es un buen ejercicio, porque nos ayudan a entender mejor la realidad que nos rodea.
Para leer soy un poco ecléctico. Siendo ortodoxo diría Corporate Diplomacy, de Witold Henisz, pero lo cierto es que nunca volví a releerlo. Algunos de los libros más útiles que he leído en los últimos años serían Capitalism without capital y The Israel Lobby. Ambos, cada uno en su temática, me aportaron puntos de vista interesantes para mi trabajo. Y luego están los libros de espías, ya sea ficción o realidad. Los espías analizan, estudian, buscan, leen… leen mucho y trabajan habilidosamente la información, separando el grano de la paja, identificando la información valiosa y transformándola en acción… y de vez en cuando tienen que actuar con determinación y rapidez ante situaciones imprevistas, que suelen resolver gracias a su entrenamiento. Igual que los arqueólogos querrían ser un poco Indiana Jones, los profesionales de Asuntos Públicos podemos soñar también con ser un poco agentes del CNI o de la CIA, ¿no? (risas)
6 de noviembre de 2024