Según define el Parlamento Europeo, la Inteligencia Artificial (IA) es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. Ahora bien, la IA ha dejado de ser el futuro para convertirse en el presente de las empresas, que cada vez más se suman a la innovación y a la transformación digital.

Así, cada vez tiene una mayor presencia en nuestro día a día y, aunque a veces no resulta tan palpable, su uso ha comenzado a ser algo habitual en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, desde la salud, los vehículos hasta las compras por internet o los asistentes de nuestros teléfonos móviles, como Siri. De hecho, la Comisión Europea pretende destinar 20.000 millones de euros al año para potenciar las inversiones privadas y públicas en tecnología de inteligencia artificial. Por ello, como cualquier factor de potencial influencia social, conlleva una responsabilidad política y ética. Actualmente, el debate se encuentra en cómo hacer un uso responsable, transparente y equitativo de las decisiones tomadas por este tipo de máquinas y en cómo mantener y preservar la privacidad de los datos de los usuarios.

En este sentido, el Parlamento Europeo trabaja en una propuesta para que Europa se convierta en el centro mundial de una inteligencia artificial que genere confianza y cuenta con un comité especial de inteligencia artificial desde septiembre de 2020. El aspecto ético del borrador se articula en torno al ciudadano y se centra en garantizar la seguridad, la transparencia, la confianza y la responsabilidad para evitar cualquier forma de sesgo y discriminación, así como el respeto de los derechos fundamentales.

Por su parte, los gigantes tecnológicos Google y Microsoft también han elaborado su guía ética de la IA, en la que incluyen aspectos como la no discriminación, la privacidad y la responsabilidad con las personas.

En definitiva, únicamente a través de una utilización transparente de la información personal del consumidor se creará un equilibro para fomentar la confianza en las soluciones de IA presentes y futuras y se conseguirá impulsar esta tecnología a nivel mundial.