Por Enrique Cocero.
El pasado sábado por la mañana, a las 09:20 hora local de Norfolk, en el estado de Virginia, Mitt Romney hacia su aparición en un estrado situado en los exteriores del Museo Nauticus. Allí anunció quién es su «running mate» en la campaña hacia la Casa Blanca, es decir, su candidato a vicepresidente. El nombre del elegido se había filtrado poco antes, con lo que ver aparecer a Paul Ryan en el estrado no causó sorpresa, pero sí mucha expectación.
Paul Ryan tiene 42 años y es congresista por el primer distrito del estado de Wisconsin. Wisconsin es un estado norteño famoso por el queso y los Green Bay Packers y donde, desgraciadamente, el domingo pasado se produjo un atentado en un templo sij causado por un supremacista blanco y en el que murieron seis personas.
Ryan llegó al Congreso hace 14 años al ganar sus primeras elecciones y, dado que el Congreso americano se elige cada dos años, ha ganado 7 veces sin apenas oposición, lo que da una idea de lo muy bien valorado que está en su tierra natal. Pero su trayectoria política comienza con poco más de 25 años escribiendo los discursos de John Kemp en las presidenciales del 96. Kemp era el mentor de Ryan y, curiosamente, el entonces candidato a vicepresidente en la campaña de Dole que les enfrentaba a la reelección de Clinton. Es decir, el mismo escenario que vivimos hoy en día.
Tras las últimas elecciones al Congreso en 2010 los republicanos recuperaron el control de la Cámara y Ryan fue designado Presidente del Comité de Presupuesto, lo que le puso al frente de la asignación monetaria de los proyectos del país. Su comité decide qué leyes son financiadas y cuáles no. ¿Y cuál es la ley que más controversia ha generado en los dos últimos años? Claro está que el Health Care y la postura de Ryan es transformar la ley en un proceso de asignación de bonos que permita controlar mejor el gasto. Y es que Ryan es un firme defensor de un control espartano del presupuesto, lo que le ha granjeado muchas simpatías en el ala fiscalmente conservadora del partido republicano.
Es de esta simpatía de la que Romney no dispone, con lo que contar con Ryan atrae a una base conservadora tan potente como activa. Además es una persona muy efectiva a la hora de conseguir donaciones. De hecho su campaña de este año (que compaginará con las presidenciales) lleva recaudados ya más de 5 millones de dólares, una cantidad muy superior a cualquier otra campaña al Congreso en todo el país.
Además, es un gran conocedor del Capitolio, sus pasillos, despachos e influencias y es muy respetado a ambos lados del hemiciclo porque, entre otras cosas, ha votado a favor de iniciativas como las ayudas a la banca (TARP) y al rescate de la industria del automóvil.
Sobre el anuncio hecho el sábado, resaltar dos aspectos más. El primero es que Ryan es tan popular que va a conseguir protagonizar los ciclos de noticias durante varios días, permitiendo a la campaña de Romney recuperar la tracción mediática que recientemente había perdido. Y el segundo, la matemática electoral. Romney está por detrás en las encuestas ya que ha tenido unas semanas en las que su campaña no ha conseguido centrar el tiro. Contar con Wisconsin, estado de los llamados indecisos, suponen 10 votos electorales. El anuncio se ha hecho en otro indeciso, Virginia, que supone otros 13.
Hay otros dos estados en juego con notables representantes republicanos que deben hacer campaña para Romney, como son Ohio (18) y Florida, la tierra de Marco Rubio (nada menos que 29 votos). En total son 70 votos electorales en estados por decidir. Si las elecciones se ganan con 270 votos electorales, vemos que la cifra no es despreciable. De hecho la campaña de Obama, y todas las demócratas en virtual empate, están desde el sábado lanzando comunicados protegiéndose del efecto Ryan.
Enrique Cocero (@enriquecocero) es un gran conocedor de la política estadounidense. Tras una larga trayectoria profesional en el mundo de las telecomunicaciones, actualmente reside en Estados Unidos y colabora activamente en una de las campañas más reñidas para el Senado del próximo mes de noviembre.