Tras la celebración de unas costosas elecciones primarias marcadas por escándalos y una notable ausencia de debate político, ya se conocen los candidatos oficiales a la alcaldía de Nueva York y sus estrategias de campaña. Por parte del partido demócrata  Bill de Blasio tratará de superar al republicano Joseph Lhota y convertirse en el primer alcalde demócrata de la Gran Manzana tras más de veinte años de gestión republicana.

A pesar de que Nueva York es un bastión progresista en el que hay siete votantes registrados demócratas por cada uno republicano, no gana un candidato demócrata desde 1989. Sin embargo, esto parece que podría cambiar según los sondeos que dan una ventaja de 40 puntos a De Blasio a un mes de las elecciones. La clave de este fenómeno está en el perfil de los candidatos, el pulso político de la ciudad y las estrategias de campaña.

De Blasio, Defensor del Pueblo de Nueva York y antiguo colaborador de Hillary Clinton, representa el sector más progresista del partido demócrata y se ha constituido como el candidato anti-Bloomberg. Tachado de populista, su candidatura se centra en atajar los problemas de las clases medias y romper con la herencia de Bloomberg mediante un cambio progresista. Frente a él, Lhota, Vicealcalde con Giuliani y ex Director del Sistema Metropolitano de Transporte, se presenta como republicano moderado y gestor con una amplia experiencia.

En la Nueva York post-Bloomberg, una ciudad con crecientes desigualdades sociales y alejada de los problemas de la clase media, el perfil ideológico de De Blasio parece ser el preferido por los ciudadanos. Giuliani basó su campaña en la reducción del crimen. Bloomberg representaba la recuperación tras los ataques del 11S y la crisis financiera. En cambio, el momento político no es favorable ahora para Lhota y eso, en Nueva York, puede constituir una barrera insalvable para un republicano. De hecho, según los sondeos, De Blasio se impone a Lhota en todos los distritos y entre todos los grupos de población.

Por si fuera poco, Bill de Blasio se ha convertido en el símbolo del cambio gracias a una acertada estrategia electoral con una campaña digital siguiendo el modelo de Obama. No en vano, De Blasio ha incorporado a su equipo a Bill Hyers y John del Cecato, dos pesos pesados en las presidenciales demócratas. Desde el inicio, De Blasio se ha mostrado muy activo en las redes sociales con una idea muy clara: convertir a sus simpatizantes en activistas voluntarios que multiplican el mensaje. Además, esto se complementa con frecuentes apariciones públicas y vídeos de una familia multirracial de clase media que trata de abrirse camino entre la herencia de Bloomberg. Ellos son “The Blasios”.

A un mes para las elecciones, De Blasio es el favorito para sustituir a Bloomberg tras ser capaz de convertirse en el símbolo del cambio que los neoyorquinos parecen anhelar gracias, en gran parte, a una gran campaña digital.