Tras dos semanas del cierre del gobierno de Estados Unidos, varios medios de comunicación aseguran que las negociaciones celebradas en el Senado el pasado lunes, 14 de octubre, están a punto de finalizar. En este “esperado” acuerdo se permitiría al Departamento del Tesoro continuar solicitando créditos hasta febrero y al Estado reabrir por completo hasta mediados de enero a cambio de algunas concesiones para los republicanos sobre algunos aspectos de la Reforma Sanitaria.

Sin embargo, sin comunicado ni aclaración oficial, el gobierno de Estados Unidos sigue cerrado tras haber alcanzado, el pasado día 1 de octubre, el límite de endeudamiento público (16,7 billones de dólares). Una situación que obligó al Presidente Obama a enviar a su casa a más de 800.000 funcionarios públicos (que suponen un coste de 10.000 millones de dólares semanales), a cerrar la administración por 18 vez en la historia desde 1976  y a esperar un acuerdo antes de que el próximo día 17 de octubre el país entre en suspensión de pagos.

Estas son algunas de las principales consecuencias de las dos primeras semanas de cierre en diferentes áreas del gobierno:

Economía internacional: los ministros de Economía de la Eurozona y de Latinoamérica esperan “consecuencias dramáticas para la economía mundial” en caso de que la falta de acuerdo lleve a EEUU a la suspensión de pagos el día 17. Desde Luxemburgo los ministros europeos alertaron también del impacto que esto tendría sobre la incipiente recuperación económica europea y desde Washington DC, en reunión con el secretario del Tesoro de EEUU, Jack Lew, los ministros latinoamericanos mostraron su preocupación por los posibles “efectos colaterales” de la quiebra de EEUU.

Crecimiento de Estados Unidos: según las estimaciones de los economistas de Macroadvisers, de llegarse a un acuerdo en dos semanas, la caída del crecimiento del PIB en el último trimestre del año sería de 0,3 puntos y si el cierre se prolonga entre tres y cuatro semanas costará al país 1,4 puntos del crecimiento.

Economía nacional: sin empleados federales en sus puestos de trabajo, muchas industrias están bloqueadas o con escasa producción, lo que supone pérdidas millonarias en importantes sectores. Hay casos muy dispares: desde el sector de pesca de cangrejo de Alaska, que sin empleados federales que establezcan las reglas y las cuotas para la temporada no puede salir a faenar, hasta la NASA, que se mantiene abierta con 600 de sus 18.000 empleados.

Políticas sociales: la mayor parte de los programas sociales y de ayudas subvencionados por el gobierno están sin fondos. Uno de estos casos es el de Head Start, un programa federal que cubre las necesidad educativas, sanitarias y nutricionales de miles de niños y sus familias. El cierre del gobierno pone en peligro sus más de 20 centros en 11 estados. En Florida, 8 de los centros ya han cerrado o están a punto de hacerlo. Otros programas sociales que están en peligro afectarían a casi 9 millones de madres y de niños que reciben alimentos y apoyo a la lactancia por parte del gobierno.

Turismo: los principales lugares turísticos del país están cerrados por la falta de personal.  Lugares tan lejanos y representativos como el Gran Cañón del Colorado, la Estatua de la Libertad, el Monte Rushmore, el Parque Nacional de Yellowstone o los Museos Smithsonian de Washington DC, están cerrados al público desde hace dos semanas con las pérdidas económicas para los negocios de la zona que esto supone.