El día 17 de noviembre tendrán lugar en Chile las elecciones para sustituir a Sebastián Piñera, actual presidente del país andino y líder de la alianza de centro-derecha Coalición por el Cambio, que no puede optar a la reelección. El presidente, jefe de Estado y de Gobierno, es elegido por mayoría absoluta mediante un sistema electoral mayoritario. Por ello, si ningún candidato obtiene más del 50% de votos en primera ronda, se celebrará una segunda el día 15 de diciembre. Además de presidente los ciudadanos chilenos mayores de 18 años elegirán senadores, diputados y consejeros regionales mediante un sistema electoral binomial mayoritario.
Las elecciones están marcadas por dos asuntos fundamentales. Por un lado, por primera vez los ciudadanos chilenos no están obligados por ley a votar tras la reforma electoral de 2012, de tal modo que existe el riesgo de que se produzca una alta abstención. Por otro, las tasas de popularidad de Piñera, con un 32% de aprobación, de las más bajas que ha tenido un presidente en democracia. Ejemplo de ello han sido las movilizaciones estudiantiles que llevan desde 2011 saliendo a las calles para protestar, entre otras cosas, contra un sistema educativo heredado de la dictadura en el que el Estado sólo cubre el 25% de los costes.
Las elecciones del día 17 de noviembre cuentan con una cifra record de nueve candidatos:
- Evelyn Matthei (Unión Demócrata Independiente / Alianza por Chile)
- Marcel Claude (Partido Humanista)
- Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista)
- Franco Parisi (Independiente)
- Ricardo Israel (Partido Regionalista de los Independientes)
- Roxana Miranda (Partido Igualdad)
- Alfredo Sfeir (Partido Ecologista Verde)
- Tomás Jocelyn-Holt (independiente)
- Michelle Bachelet (Nueva Mayoría / Partido Socialista de Chile)
Según todos los sondeos, la victoria de Michelle Bachelet, presidenta de Chile entre 2006 y 2010, está prácticamente asegurada. El 76% de encuestados da por hecho que Bachelet volverá al Palacio de la Moneda tanto por su alta popularidad durante su mandato (83% en 2010) como por su programa reformista.
La candidata del Partido Socialista desea establecer una “Nueva Constitución Política” genuinamente democrática, liberal, laica, pluralista y social que reemplace la actual, vigente desde la dictadura de Pinochet, para modernizar el país y reducir las desigualdades. Además, propone un programa de reformas estructurales que incluye transformar el sistema tributario para sufragar un nuevo modelo educativo público “que haga de la educación un derecho” y propone la legalización del aborto en determinadas circunstancias, abolir la pena de muerte y abrir debate sobre el matrimonio homosexual.
La ventaja de Bachelet en los sondeos es tan amplia que la cuestión no es si ganará ella, sino si lo hará en la primera ronda o necesitará una segunda. Debido a esta ventaja y a las profundas reformas que planea, gran parte de la atención se centrará en las elecciones legislativas que se celebran el mismo día.
Las ambiciosas reformas de Bachelet requieren complejas y amplias mayorías que, si generalmente son difíciles de conseguir, en el caso de un sistema electoral binomial lo son más todavía al ser necesario doblar en votos a la segunda formación más votada. Este sistema, escasamente proporcional, puede ser una importante barrera para los planes de Bachelet e, incluso, una fuente de inestabilidad para su gobierno. De hecho, abolirlo está entre sus propuestas.