La imagen corporativa, la forma en que los diferentes stakeholders o grupos de interés perciben a una empresa, es uno de los elementos más importantes para toda organización. Una buena imagen institucional da lugar a un fortalecimiento de la reputación corporativa, así como de las relaciones con los diferentes públicos y la confianza que estos depositan en las instituciones.

Por este motivo, gestionar correctamente la reputación empresarial se ha convertido en todo un desafío, ya que proporciona numerosas ventajas a las organizaciones. Como punto de partida, es esencial que estas identifiquen de forma clara los retos a los que se enfrentan a la hora de gestionar su reputación, para así tomar conciencia y poner en marcha acciones concretas para cada uno de ellos.

Según la sexta edición del informe Approaching the future, tendencias en reputación y gestión de intangibles, realizado por Corporate Excellence y CANVAS Estrategias Sostenibles, responder a las nuevas expectativas y exigencias de los grupos de interés es el principal asunto con el que tienen que lidiar las empresas en su día a día. Así, tal y como apuntan los autores, las organizaciones podrán reforzar su reputación y la confianza de su entorno siempre que sean capaces de ofrecer respuestas a las necesidades de sus grupos de interés desde el propósito, principios y valores, impulsados desde la alta dirección y vividos por sus empleados.

Fuente: Approaching the future, tendencias en reputación y gestión de intangibles’ (Corporate Excellence y CANVAS Estrategias Sostenibles)

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