La Razón. Ejercicio de agudeza visual: ¿cuál de los siguientes títulos de la portada del semanario «Elle» puede ser decisivo para las elecciones presidenciales francesas? «Adelgazar: todas lo conseguiremos», «Pantalones: extralargo es extrachic», «Es posible dejar de fumar sin engordar» o «Extractos exclusivos. Ségolène Royal se entrega». A pesar de ser la frase menos visible de la portada de la principal revista femenina en Francia, el último de los titulares anuncia una novedad que podría colocar a la candidata del Partido Socialista (PS) por delante en las encuestas: la publicación, hoy, de su libro «Maintenant» (Ahora). Después de que el diario «Le Monde» publicase el fin de semana un avance de la obra, Royal prefirió reservar los mejores extractos de su obra a la revista de moda y entretenimiento «Elle», y no a uno de los importantes semanarios informativos galos. No en vano, la pluma que entrevista a la candidata es Marie Françoise Colombani, redactora jefe de esta publicación.
La que podría ser la primera presidenta de la República de la historia de Francia incumplió su promesa de publicar un libro con su programa de gobierno y dio plantón a otra editorial con la que había terminado un texto más elaborado que el ligero «Maintenant». Al final, prefirió este diccionario de 190 palabras, que resumen su vida y su visión de la sociedad. Los términos no se ciñen a la estricta política. La heterodoxa líder socialista ofrece su particular punto de vista sobre vocablos tan variopintos como «zen», «anorexia», «pareja» o «maternidad».
Junto a su visión de la Educación Nacional, Royal desvela que, pese a los rumores, sigue viviendo junto a su pareja, el primer secretario socialista François Hollande, y que fue él quien se negó a que ambos se casasen sobre una canoa en la Polinesia francesa. Los lectores también sabrán que Royal decidió no bautizar a sus hijos, pero que sus cuatro vástagos decidieron libremente asumir la fe cristiana cuando ya habían cumplido los 10 años. La aspirante socialista, con una deficiente capacidad dialéctica, nunca se ha sentido a gusto en las entrevistas punzantes.
La ex ministra de Medioambiente ya anunció su intención de ser candidata a la investidura socialista en la revista reina del papel cuché: «Paris-Match». Quizás porque, como dijo un responsable socialista al diario conservador «Le Figaro», «su oratoria es a la de Mitterrand lo que McDonalds a la nouvelle cuisine». Su alergia a la Prensa ofrece anécdotas todas las semanas. «Y éstos, ¿qué hacen aquí?», fue su respuesta, la pasada semana, cuando vio que varios fotógrafos la esperaban a las puertas de la iglesia marsellesa donde confesó haberle pedido un deseo a la Virgen. Revelación que negó posteriormente, cuando la laica izquierda francesa se mesó los cabellos hasta el espanto.
El respeto francés por las letras ha convertido la publicación de libros por parte de los políticos en una longeva tradición. El ensayo más vendido el año pasado (300.000 ejemplares) no fue otro que «Testimonio», de un cierto Nicolas Sarkozy, candidato del centrode recha al Elíseo y líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP). François Bayrou, aspirante centrista a la Presidencia por la Unión por la Democracia Francesa (UDF), colocó la semana pasada su «Proyecto de esperanza entre los libros más vendidos».