Dentro de un año, el 26 de junio de 2015 se cumplirán 125 años desde que el sufragio universal masculino fue aprobado definitivamente en España. Sin embargo, alcanzar este derecho fue un proceso complejo en nuestro país.
A finales del siglo XVIII los ciudadanos de los distintos estados comenzaron a tener derecho a votar. No obstante, en los primeros años este nuevo derecho se encontraba restringido a los hombres que cumpliesen con determinados requisitos económicos, sociales o educativos. Con el paso del tiempo y el avance de las revoluciones liberales y sociales, este sufragio censitario se fue extendiendo poco a poco a toda la población masculina.
En España, tras la “Revolución Gloriosa” de 1868, que terminó con el reinado de Isabel II, se instauró un gobierno provisional que en enero de 1869 convocó elecciones a Cortes Constituyentes, para redactar una nueva Constitución.
Estas fueron las primeras elecciones en la historia de España en las que hubo sufragio universal masculino para mayores de 25 años. La propia Constitución Española de junio de 1869, la más liberal hasta el momento, recogió también el sufragio universal masculino dándole importancia a la participación ciudadana en política.
El reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873) y la I República Española (1873-1874), dieron lugar a la Restauración Monárquica en la figura de Alfonso XII de Borbón, tras el pronunciamiento del General Martínez-Campos en diciembre de 1874. Con el cambio de régimen político se hizo necesaria una nueva norma constitucional, aprobándose la Constitución de 1876, un punto intermedio entre aquella más conservadora de 1845 y la liberal de 1869. Sin embargo, la Constitución de 1876 no hace mención a los derechos electorales.
Dos años más tarde, en diciembre de 1878 se aprobó una nueva Ley Electoral que estableció sufragio censitario masculino basado en la instrucción y la riqueza, desapareciendo así en España los derechos políticos que se habían conseguido en 1869.
No será hasta la Ley Electoral de 26 de junio de 1890 cuando se reconozca nuevamente, y de forma definitiva, el sufragio universal para los hombres mayores de 25 años, todavía bajo esta misma Constitución de 1876, gracias a las ideas liberales del Gobierno de Sagasta, a pesar de la oposición de los conservadores.
El sufragio femenino tardaría todavía unos años, hasta la Constitución Republicana de 1931 , instaurando el sufragio universal en España.