La revista Time publicaba el pasado mes de enero los “6 consejos para escribir un discurso persuasivo (sobre cualquier tema)” de Adam Frankel.

El que fuera asistente y speechwriter del Presidente Barack Obama desvela las claves para ser un comunicador efectivo. Como “consejos rápidos”, destaca los siguientes:

1. Escribe como hablas: No hay primera ley de la redacción de discursos, pero si lo hubiera, probablemente sería “use palabras cortas, frases cortas.  Lea el discurso en voz alta mientras se está escribiendo”.

2. Cuenta una historia: en este punto Frankel recuerda que cada vez que se sentaba a discutir un discurso para Presidente Obama este le preguntaba cuál era la historia que querían contar. El  asesor asegura que una buena historia puede ser mucho más poderosa que los hechos y las estadísticas más convincentes.

3. Estructura los asuntos: Frankel defiende que el orden de los puntos de un discurso es importante porque un argumento que es claro y lógico es más probable que sea convincente. Como consejo para esta premisa sugiere listas (como esta) como forma para imponer una estructura.

4. Sé conciso: En este punto Frankel recuerda a Woodrow Wilson, quien en una ocasión aseguró: «Si desea que hable cinco minutos, necesitaré un mes para prepararme. Si desea que hable durante 20 minutos, necesitaré dos semanas. Pero si quisiera hablar durante una hora, estoy listo ahora mismo”. Para trabajar este punto el experto aconseja cortar la mayor cantidad posible de palabras de cada frase, sin perder el sentido de la línea.

5. Sé auténtico: Frankel recuerda cuando el Presidente Obama  le aconsejó “párate a pensar en el momento en el que estamos, piensa en lo que el país está atravesando, y escribe algo que se sienta cierto”, un recordatorio útil que le ayudó a dejar de centrarse en las encuestas y simplemente decir algo de la forma más sencilla que se podía. En estos casos, destaca, compartir una historia personal puede ayudarle a encontrar su voz y construir una conexión con el público”.

6. No te limites a hablar, di algo: Para Frankel, la grandeza de un discurso tiene mucho que ver con sus valores: “Nadie recuerda los discursos de los segregacionistas, ni los discursos de Hitler, aunque pocos pondrían en duda su habilidad oratoria”, y añade, “la esperanza siempre será más convincente que el odio. No es casualidad que el más conocido, el discurso más querido de la historia – el Sermón de la Montaña – sea uno sobre los ideales de la humanidad”. En este caso el asesor político aconseja buscar la inspiración leyendo grandes discursos como “Lend Me Your Ears”, de William Safire.