La firma de Asuntos Públicos MAS Consulting refuerza su equipo de dirección con el nombramiento de Diego Crescente, hasta ahora Responsable de la división de Energía y desde ahora también socio de la compañía.

Crescente cuenta con una amplia experiencia en el campo de la Administración Pública tanto nacional como internacional. Ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la comunicación y las relaciones institucionales en organismos y ministerios como el Parlamento Europeo, Presidencia del Gobierno, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Secretaría de Estado para la Unión Europea, Ministerio de Industria, Energía y Turismo, donde ocupó el cargo de Director de Comunicación.

En su trayectoria ha destacado en la gestión de equipos, negociaciones con agentes sociales, implementación de planes de acción, diseño y ejecución de planes de comunicación, gestión de crisis, portavocía de instituciones oficiales y relación con medios de comunicación.

Es Licenciado en Derecho y Máster en Derecho Europeo por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional por la Universidad Autónoma de Barcelona y finalizó los cursos de doctorado en Estudios Europeos por el Instituto Universitario Ortega y Gasset.

A continuación reproducimos una breve entrevista:

Acaba de ser nombrado Socio de MAS Consulting ¿qué cree que diferencia a esta firma de la de la competencia?

Sin duda, la profesionalidad con la que se abordan los temas y el conocimiento en profundidad del funcionamiento político son los principales valores que me atrajeron de la compañía. El considerar al cliente como un socio en lugar de ser un mero proveedor de servicios y ayudarle en todo lo que necesite en sus relaciones con las administraciones o los reguladores son las claves del éxito de MAS Consulting. Por otra parte, la ilusión, las ganas de trabajar y la calidad de los trabajos presentados son alicientes que, día a día, se reflejan en la empresa y hacen de ella el lugar perfecto para trabajar.

En el tiempo que lleva en MAS Consulting ¿cómo ha sido la evolución de la empresa?

Se acaban de cumplir tres años desde el inicio de mi colaboración con MAS Consulting y durante todo este tiempo hemos podido afrontar cambios y retos de los que hemos salido victoriosos y con nota. La extensión de los servicios de la compañía a todos los aspectos de las relaciones públicas, la heterogeneindad de los clientes, la diversificación del negocio y la conversión de MAS Consulting en la referencia de los asuntos públicos en España han transformado radicalmente la compañía. Con todo, hemos conseguido crecer profesionalmente pero siempre manteniendo la cercanía y confianza en el cliente, como el principal valor de nuestra relación con él.

Como responsable de la división de Energía, ¿qué necesidades en materia de comunicación percibe en el sector energético? ¿Qué servicios presta?

En el campo de la comunicación, en la mayoría de las empresas es imprescindible tener una visión fresca y externa de cómo es percibida la compañía. Las corporaciones de este sector no son ajenas a este fenómeno y precisan de un análisis de la imagen y la comunicación desde un punto de vista independiente y técnico. Si a esto añadimos que el sector energético es un mercado en continuo movimiento y que las empresas necesitan adaptarse al mismo, encontramos la oportunidad de aportar nuestra visión y conocimiento en esta materia, convirtiéndonos en compañeros de los clientes en sus relaciones con las administraciones.

Desde su punto de vista, ¿cuáles son los principales aciertos y errores que están cometiendo las empresas en materia de public affairs?

Empezando por el primero, su acierto es estar presentes y darse a conocer a la sociedad, precisamente, cuando más se las necesita. En un momento de especial incertidumbre en el ámbito político, las empresas de public affairs surgen como un nexo de conexión entre políticos, empresas y ciudadanos y mientras que hace apenas unos años el oscurantismo era la nota predominante en nuestro sector, ahora vemos como, cada día más, no pasa absolutamente nada y es necesario, por resaltar la importancia que tienen las empresas de public affairs en la sociedad.

Como error dastacaría, quizá como consecuencia de lo anterior, que surgen muchas empresas y profesionales que únicamente se centran en las relaciones personales a la hora de establecer contactos o redes con la administración y la política. Esta aproximación es errónea. Todo aquello que no pase por el estudio, el análisis y la profesionalización redundará en un fracaso que, a menudo, puede suponer un desprestigio para el sector.

 De su paso por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, como Director de Comunicación, ¿recuerda algún ejemplo de “gestión de crisis” al que tuviera que hacer frente? ¿Cómo lo hizo?

La crisis por definición rompe todos los planes anticrisis o de preparación a la misma que se tuvieran. Disponer de un manual de crisis es necesario pero en el momento en que se produce, los manuales tienden a no servir y el Dircom puede caer en el peor de los errores: improvisar. Yo defiendo la adaptación a la misma. En mi etapa al frente del Ministerio pude afrontar numerosos casos de crisis, algunos con éxito y otros con fracaso. El que recuerdo con más cariño es el proceso que se vivió con la industria automovilística, donde fuimos capaces de conseguir que ninguna empresa o factoría cerrara en España en la mayor crisis económica que ha vivido nuestro país desde la Guerra Civil. Incluso conseguimos nuevos modelos para nuestras factorías. El mérito, evidentemente, es de todos los trabajadores del motor, pero fue toda una experiencia poder «vender» las excelencias de nuestro sistema productivo por todo el mundo. Se trata de una industria en la que todos los centros de decisión están en el extranjero y fue un auténtico placer y honor comunicar, en nombre de nuestro país, para atraer inversiones de fuera.

¿Cómo están influyendo las redes sociales en la estrategia de comunicación corporativa de las empresas? ¿Y de la Administración?

Las redes sociales han supuesto una revolución para la comunicación, sobre todo, para la Administración. Su aparición ha cambiado profundamente la relación entre la Administración y el ciudadano puesto que pone en igualdad de condiciones a ambos y los interrelaciona. La táctica del avestruz ya no es posible con ellas y no responder a una necesidad o inquietud del ciudadano ya no es una opción. En este sentido, la administración necesita, no ya dotarse de herramientas de medición o control de redes, le urge una adaptación a la nueva comunicación, a su lenguaje y en definitiva a la manera de relacionarse con el ciudadano. Por su parte, las empresas reconocen esta realidad y en buena medida se están adaptando a las mismas. Por supuesto queda mucho camino por recorrer pero cada vez son más las corporaciones que dedican más esfuerzos a la comunicación en redes, no ya a su control, también a la creación de contenidos en las mismas.