Las grandes marcas y empresas de consumo masivo han dividido a sus potenciales clientes durante décadas por edad, sexo, aficiones o lugar de procedencia. Sin embargo, en los últimos años ha surgido una nueva división de los clientes en función de su relación con las nuevas tecnologías, revoluciones tecnológicas durante su infancia o, simplemente, intereses comunes.
Una de las últimas generaciones en surgir con un gran poder comercial y cultural es la Generación C, la generación de gente conectada, que busca seleccionar contenidos, crearlos y formar parte de una comunidad. Una generación que desde Google han identificado como la Generación de YouTube.
Pero, ¿quiénes forman parte de este grupo y cómo se comportan? Según varios estudios desencadenados desde el laboratorio de Google, la Generación C está formada por el 80% de las personas que cumplieron la mayoría de edad en el nuevo milenio y, en algunos países, algunos grupos de edad mayores de 35 años.
Esta generación tiene varios aspectos característicos: el 85% tiene un perfil en redes sociales y el 65% lo actualiza a diario; el 76% visita YouTube al menos una vez a la semana y el 36% a diario; son prescriptores de marcas, son 1,8 veces más propensos a influir en los demás y el 70% crean o seleccionan contenidos para fomentar un espíritu común.
Su relación con la tecnología no es solo de uso, sino también física. El 91% de la Generación C duerme con el móvil (smartphone) al lado y todos se mueven bajo la actitud del FOMO (fear of missing out), es decir, el miedo a perdérselo o a no estar al día de lo que ocurre, se consume o lleva en todo momento.
Un grupo de clientes que las marcas no pueden obviar y deben captar con mensajes originales y sorprendentes a través de las redes sociales y nuevas tecnologías. Solo en EEUU, según datos de la Cámara de Comercio, en un año esta Generación C gastó más de 500.000 millones de dólares. Unas cifras que los sitúan como principales targets de las grandes empresas de consumo, cultura y servicios.