El último capítulo que publicamos de nuestra serie sobre las claves del buen lobista lo dedicamos a explicar la necesidad que tiene todo profesional de los asuntos públicos de poseer una visión estratégica y metodológica. Dicha habilidad le permitirá aunar las descritas anteriormente –gran capacidad de síntesis, comunicación eficaz, conocimiento profundo del proceso legislativo, dominio del funcionamiento de la vida pública, capacidad de adaptación al cambio y un buen entendimiento y funcionamiento de los medios de comunicación– para poder prever posibles escenarios y preparar estrategias de anticipación y reacción.
Sin embargo, esa capacidad de previsión y anticipación debe ir de la mano de otra igualmente importante: la de generar consensos. El trabajo del lobista se desarrolla en escenarios multifactoriales; por ello, el diálogo y la escucha son herramientas de gran utilidad para el profesional del lobby. Solo con esa capacidad de escucha y diálogo podrá generarse la empatía que permita encontrar puntos en común ante cualquier asunto que surja, forme parte o no de esa estrategia previamente diseñada.
Decimos que los escenarios de trabajo del profesional de los asuntos públicos son multifactoriales, y es que la interacción entre los diferentes actores institucionales, sociales, políticos y empresariales resulta más necesaria que nunca en unos tiempos en que los procesos de toma de decisiones están cada vez más afectados por la diversidad de actores, opiniones y protagonistas. No se trata sólo de la fragmentación del arco político, sino de la multiplicidad de distintos espacios en el conjunto de la sociedad que ha convertido en actores influyentes a sectores que antes no participaban de dichos procesos.
De ahí esa necesaria capacidad de escucha, pero también esa indispensable capacidad de diálogo; porque no sólo se escucha de forma pasiva, sino sobre todo activa. La interacción permite dar a conocer los puntos de vista propio, pero también recibir información de primera mano que de otra manera sería muy difícil de obtener. Al tiempo, se genera un vínculo de conocimiento personal que potencia la empatía y facilita las relaciones, un factor siempre valioso independientemente de que sea necesario de forma inmediata o a futuro.
Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos
La gestión de relaciones se analiza detalladamente en el Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos (PDAP) -atendiendo tanto al networking como a la movilización en la red, la diplomacia corporativa y la gestión de intangibles-, cuya 9ª edición comienza el 25 de enero y se extiende hasta el 16 de marzo de 2018.
El PDAP es el primer programa en España especializado en lobby. Desde hace ocho años ha formado a un gran número de directivos y profesionales del mundo de la empresa, la Administración Pública y el Tercer Sector. La gestión de los asuntos públicos, la representación de intereses o la actividad de lobby y advocacy son una necesidad creciente para cualquier organización. Disponer de unas relaciones fluidas con el poder político, las instituciones, el ámbito privado y la sociedad civil se ha convertido en un objetivo estratégico para la alta dirección. Para más información, pinche aquí.