El Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos es el programa pionero en España especializado en lobby. Su 9ª edición dará comienzo el próximo 25 de enero y se extenderá hasta el 16 de marzo. En esta nueva edición, el programa contará con varias sesiones destinadas a analizar cómo va a influir en los próximos años la digitalización o la robotización en la gestión de los asuntos públicos. Procesos en los que la gestión de la comunicación continúa siendo clave para el desarrollo de una estrategia exitosa de lobby.
No te pierdas esta entrevista a David Redoli, miembro del equipo directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) y profesor del PDAP, sobre comunicación, asuntos públicos y sus claves.
¿Qué características debería tener un profesional de los asuntos públicos?
Fundamentalmente tres: una formación académica sólida en las áreas de sociología, ciencia política, comunicación o derecho; honestidad; y alta capacidad de análisis interdisciplinar, relacional y comunicacional.
De lo que se trata, en esencia, es de transmitir de manera eficaz mensajes e información a públicos determinados, en un contexto concreto y en el momento adecuado. Teniendo esto en cuenta, el buen lobista ha de ser un buen comunicador y un excelente conocedor del funcionamiento interno de la vida de los partidos y de las instituciones. A lo que añadiría que, además, ha de ser buena persona, con una integridad a prueba de balas y con demostrados y demostrables principios éticos. En este sentido, el Código Ético de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) es un buen documento de referencia.
¿Cómo está actualmente la situación del lobby en España?
En un positivo cambio de paradigma, que podría definir de esta manera: en camino hacia un alto grado de profesionalización. Soy de los que piensa que las relaciones entre el sector público, el sector privado y el tercer sector (sociedad civil organizada) difícilmente pueden gestionarse ahora sobre las antiguas lógicas clientelares. Por un motivo muy sencillo: porque la demanda de transparencia, de legitimidad y de participación en las decisiones públicas es hoy enorme tanto por parte de los ciudadanos como de los medios de comunicación.
Por otra parte, el sector se ha sofisticado mucho. No olvidemos que, por ejemplo, la influencia de muchos grupos de interés hoy también la pueden ejercer de formas tan tecnificadas como a través del uso de algoritmos que fijan la aparición de determinados contenidos en Internet (redes sociales, periódicos, blogs, etc.) o de nuevas tecnologías vinculadas a los smartphones. Sólo con profesionales bien entrenados y formados se puede gestionar un escenario tan complejo como el actual.
¿Qué papel juega el lobby en la comunicación estratégica?
Juega un papel fundamental. Hay una serie de bienes intangibles que van a ser cruciales para cualquier organización, tanto del sector privado, como del sector público o del tercer sector: la buena reputación, la confianza, la credibilidad, la legitimidad, la credibilidad. En consecuencia, la defensa de los intereses de cada institución (pública o privada) tendrá que hacerse de acuerdo al reforzamiento de esos bienes intangibles. Algo que sólo puede construirse a través del maridaje entre el storytelling (lo que dices) y el storydoing (lo que haces) a través de la comunicación estratégica.
¿Por qué considera indispensable la actividad del lobby para las empresas?
Porque las empresas necesitan reducir el nivel de incertidumbre. En un entorno tan competitivo, necesitan también anticiparse a los escenarios que están por venir. Es eso lo que te da un buen posicionamiento tanto de cara a los medios de comunicación como de cara a los mercados y a los consumidores. Disponer de un buen producto o de un buen proyecto no es suficiente si no se sabe cómo defenderlo y cómo promoverlo ante la opinión pública y ante los poderes públicos, de forma transparente, legal y legítima.
Adicionalmente, sostengo que una buena comunicación de las organizaciones ya no es algo optativo, sino casi obligatorio.
¿Cuál es la principal razón por la que el PDAP es un programa de aprendizaje clave para la formación de un lobista?
Por una fundamental: porque el PDAP te enseña, entre otras muchas cosas, a gestionar la anticipación. Son muchas las organizaciones que aún entienden el lobby a posteriori, es decir, cuando el proyecto de ley ya está anunciado, encima de la mesa, o cuando el tema ya ha eclosionado en los medios de comunicación. Eso es un error. El lobby bien entendido busca la anticipación como factor clave para lograr resultados. En un mundo tan globalizado, tan cambiante y tan veloz, gestionar los asuntos públicos ex post (reaccionando a lo que va ocurriendo) dificulta mucho el éxito. Por ello, es imprescindible que los profesionales de la gestión de los intereses de las empresas sean capaces de identificar los escenarios que están por venir (o que están ya llegando) y sepan anticiparse a ellos -para que su voz sea tenida en cuenta tanto en los procesos regulatorios como en la toma de decisiones, sin perder nunca de vista el interés general. Algo así requiere profesionales bien entrenados en esta materia (desde ópticas tanto del ámbito local, como nacional e internacional).