La Mesa del Congreso de los Diputados aprobó el pasado 28 de febrero un Código de Conducta que será de obligado cumplimiento para sus señorías desde que dé comienzo la XIII Legislatura y mientras se mantengan en el cargo.

Entre otras cuestiones, dicho código establece la obligación de que cada diputado haga pública su agenda institucional en el Portal de Transparencia del Congreso.  Según ha especificado la Cámara Baja en un comunicado, «en todo caso las reuniones mantenidas con los representantes de cualquier entidad que tenga la condición de grupos de interés«.

En este sentido y a la espera de que se reforme el Reglamento del Congreso de los Diputados, se establece que «tendrá la consideración de grupo de interés, lobby o lobista aquellas personas físicas o jurídicas o entidades sin personalidad jurídica que se comuniquen de forma directa o indirecta con titulares de cargos públicos o electos o personal a su cargo en favor de intereses privados, públicos, particulares o colectivos, intentando modificar o influir sobre cuestiones relacionadas con la elaboración, el desarrollo o la modificación de iniciativas legislativas».

Además de esta medida, el nuevo Código de Conducta establece la creación de una Oficina de Conflicto de Intereses, que atenderá dudas, verificará las declaraciones recogidas en el Registro de Intereses -que dependerá directamente del presidente del Congreso y administrativamente estará gestionado por la Secretaría General- e informará sobre incumplimientos.

Otra obligación que se establece a los diputados es la de «abstenerse de recibir obsequios o beneficios similares que puedan ser razonablemente percibidos como un intento de influir en su conducta como parlamentario». De igual manera se impone que aquellos obsequios recibidos en viajes oficiales autorizados por la Mesa del Congreso deberán ser entregados a la Secretaría General en aquellos casos en que se hayan recibido en virtud del cargo que ostentan.